Saltar a la comba
Me estoy reencontrando con este ejercicio aparentemente sencillo y confieso que estoy enganchado. Usada por boxeadores y artistas marciales como parte muy importante de su entrenamiento desde hace décadas y reinventada por el Crossfit, hay muchos motivos para que pruebes a saltar a la comba:
Sencillez: El único material que necesitas es la propia comba. Puede ser de cuerda, de cuero, de plástico o las más avanzadas de cable como las que fabrican Velites, por ejemplo. También las hay con contador de vueltas, con agarres ergonómicos, etc.
Desafiante: Realmente te picas, intentas progresar, durar más tiempo, hacer double-unders, jugar con los pies, en definitiva, te ayuda a ser constante.
Fortalece los pies: Si eres corredor agradecerás tener una musculatura y estructura podal fuerte y estable. Al mismo tiempo conseguirás un pie reactivo que despegue rápidamente del suelo. Esto significa mejor técnica de carrera, mayor velocidad y menor riesgo de lesión. Usa calzado con poca amortiguación para que la suela no trabaje por ti. Con el tiempo, practica incluso descalzo.
Ejercicio muy completo: Trabaja brazos, hombros y espalda, las piernas al completo y músculos estabilizadores más pequeños en tobillos, rodilla y cadera. Mejora tu coordinación y sistema propioceptivo para que todos trabajen como una orquesta. Los músculos del core también estarán implicados.
Fortalece el corazón: Es un potente ejercicio cardiovascular. Estudios indican que saltar a la comba 10’ a unos 120 rpm equivale a 30’ corriendo a ritmo de rodaje aeróbico.
Intenso: Es ideal para incluirlo en entrenamientos HiiT (de alta intensidad) como método para perder peso y quemar grasa. Como dijimos antes, implica muchos músculos.
Ayuda a generar masa ósea: Los saltos someten al cuerpo a un estrés elevado y le obligan a reforzar su estructura aumentando la densidad de los huesos. Se estima que en mayor medida que los suplementos de calcio.
Por último recomendar prudencia. Requiere su técnica y tener paciencia. Además es un ejercicio de alto impacto con lo que esto implica en caso de tener artrosis o artritis en las rodillas, lesiones de meniscos, hernias discales o protusiones, fascitis plantar, un suelo pélvico débil (incontinencia urinaria, cistocele, etc.), hernia inguinal, pecho grande y sobrepeso.